La verdad sobre Allah, el dios de los musulmanes (por Raad Salam Naaman)

El ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno español y la Comisión Islámica de España han acordado, según consta en el BOE del 11 de diciembre, los contenidos de la Enseñanza Religiosa Islámica que se enseñarán en las escuelas públicas españolas en Primaria a aquellos alumnos que lo soliciten. Los objetivos de la asignatura son:

1. “Conocer y arraigar la fe en Allah, creador del Universo, de todos los seres vivos y Único Dios adorado”; 

Primero debemos saber el significado de la palabra Allah. Digo la palabra porque no es un nombre propio, es una palabra árabe compuesta, “al-ilah”, “al” es el artículo “el”, “ilah” (sustantivo), palabra árabe que significa “dios”. Si combinamos las dos palabras juntas tenemos la palabra “Allah”, literalmente “el dios”. En la época de Muhammad, en el siglo VII, ningún cristiano o judío conocía a Dios con el nombre de Allah. Para ellos usar el nombre Allah como sustituto del nombre de Dios era como sustituir el nombre de Dios con un nombre de un dios pagano. ¿Por qué? Porque sabían muy bien de donde venía Allah, del panteón de dioses paganos. Para ellos era como si en el día de hoy nosotros dijéramos, bendito sea Zeus, o Júpiter, o Krishna. El hecho de que Muhammad nunca tuviera que explicar en el Corán quien es Allah, demuestra claramente que los oyentes o los seguidores de Muhammad ya conocían Allah mucho tiempo antes de que Muhammad hubiera nacido. El nombre Allah no fue inventado o revelado por Muhammad en el Corán por primera vez en la historia. En la península arábica, en la época pre-islámica o Arabia antes del nacimiento del Islam la gente profesaba un tipo de religión politeísta supersticiosa, poco evolucionada. Adoraban las imágenes; se decía que tenían 360 imágenes para el año, una imagen al día. Como por ejemplo, Al Manat diosa de la felicidad, Al `Uzza estrella, el sol, los astros, el destino, espíritus, ángeles, entidades relacionadas con la muerte, etc. Por encima de todos ellas estaba Al- lat el dios de la Luna y del cielo o Allah. Todas estas imágenes las tenían guardadas en el templo de la Meca (Ka`aba), un edificio rectangular de piedra, diez por doce y por quince metros de altura. En este templo pagano se guardaban todos los ídolos de las diferentes familias o tribus. Según la tradición musulmana, el primer hombre Adán, construyo el Ka’aba, Ibrahim y su hijo Ismael le reconstruirán. Muhammad cuando conquistó la Meca en el año 630, encontró en la Ka’aba 360 ídolos. Además, la gente de aquel tiempo, creía en “genios” (jinns), en embrujamientos, en maldiciones y en piedras mágicas. Muhammad se crío, creció e integró en este ambiente.

El Animismo era prevalente en esa época, estaba la creencia de la existencia de espíritus que viven dentro de las rocas, árboles, ríos, cuevas y otras cosas. Como demostración de ello lo podemos encontrar en el Corán (Sura 55:1-7) “El Compasivo ha enseñado el Corán. Ha creado al hombre, le ha enseñado a explicación. El sol y la luna, para cómputo. Las hierbas y los árboles se prosternan. Ha elevado el cielo. Ha establecido la balanza”. (Sura 72:1-5) “Di: Se me ha revelado que un grupo de genios estaba escuchando y decía: Hemos oído una Recitación maravillosa, que conduce a la vía recta. Hemos creído en ella y no asociaremos nadie a nuestro Señor. Y: Nuestro Señor -¡exaltada sea Su grandeza!- no ha tomado compañera ni hijo. Y: Nuestro loco decía contra Alá una solemne mentira. Y: Nosotros creíamos que ni los humanos ni los genios iban a proferir mentira contra Alá”. (Sura 113:1-5) “Di: Me refugio en el Señor del alba del mal que hacen sus criaturas, del mal de la oscuridad cuando se extiende, del mal de las que soplan en los nudos, del mal envidioso cuando envidia” y (Sura 114:1-6) “Di: Me refugio en el Señor de los hombres, el Rey de los hombres, el Dios de los hombres, del mal de la insinuación, del que se escabulle, que insinúa en el ánimo de los hombres, sea genio, sea hombre”. 

Algunas de esas rocas o piedras eran veneradas y eran usadas como centro de adoración de diferentes dioses para diferentes tribus. Quraysh es la tribu de la familia de Muhammad tenía su propia piedra “la piedra negra que estaba guardada en al Ka’aba”. Allí, la tribu de Muhammad adoraba alrededor del Ka’aba la piedra negra, al dios de la luna, cuyo nombre era Allah. Los ritos paganos de postrarse en dirección a la Meca, el peregrinaje anual hacia la Ka’aba, correr siete veces alrededor del templo, besar las paredes y la piedra negra, y luego correr hacia el río cercano para arrojarle piedras al diablo, son cosas que ya se practicaban y que gracias a Muhammad fueron incorporadas en el Islam hasta el día de hoy.

Del dios de la luna los musulmanes heredaron el calendario lunar. Sus ritos religiosos eran organizados en torno a este calendario. Uno de estos ritos era el de ayunar de luna llena a luna llena, lo que se conoce como Ramadán, esto fue adoptado por Muhammad. Comparando esas creencias paganas con los rituales del Islam hoy día, sólo hay una diferencia, que Muhammad declaró que el dios pagano de la luna, de nombre Allah, era el único y el verdadero Dios. Muhammad decretó que sólo había un dios, Allah, y prohibió la adoración de todos los demás ídolos de la Meca. El Islam, en realidad, es una forma de paganismo monoteísta. Lo que Muhammad hizo fue tomar al ídolo principal de la Ka’aba, el dios principal del templo de los dioses de Arabia, y lo convirtió en el único dios, pero conservó al mismo tiempo las prácticas paganas de aquella época.

Investigando profundamente la época de Muhammad, la respuesta es sencilla: los contemporáneos de Muhammad ya conocían todas estas cosas. El nombre de la deidad pagana “Allah” ya era conocido antes del Islam. De hecho, el nombre del padre de Muhammad era “Abd-Allah” (siervo de Allah). Era un nombre muy común en aquel tiempo, además muestra la devoción que tenía la familia pagana de Muhammad con el dios de la luna. Era costumbre nombrar a los hijos con nombre adjunto al nombre de Allah y hasta hoy día en los países “árabes islámicos”. 

Pero ¿Allah es el mismo Dios de los cristianos? No. 

Yo sé que esto puede ser una sorpresa para muchos cristianos que pensaban erróneamente que Allah era simplemente otro nombre para el Dios de la Biblia. Esto se debe a que Muhammad, inteligentemente, dijo que Allah era el Dios de los judíos y de los cristianos. Claro que como las creencias de Muhammad se contradecían con la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento), tuvo que decir que los judíos y los cristianos falsearon las Escrituras, y por lo tanto Allah los rechazó y los maldijo, y envió a Muhammad para sustituir la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) con el Corán y el judaísmo y el cristianismo con el Islam. Los cristianos cuando mencionamos el nombre de Dios o la persona de Dios, siempre lo hacemos junto con el Padre, porque nadie rechaza la idea de que Dios es un Padre. Veamos lo que dicen los musulmanes o el Corán (Sura 5:17) “No creen, en realidad, quienes dicen: Alá es el Ungido, hijo de María. Di: ¿Quién podría impedir a Alá que, si Él quisiera, hiciera morir al Ungido, hijo de María, a su madre y a todos los de la tierra? De Alá es el dominio de los cielos, de la tierra y de lo que entre ellos está. Crea lo que Él quiere. Alá es omnipotente”.
(Sura 4:171) “¡Gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él! ¡Creed, pues, en Alá y en Sus enviados! ¡No digáis ‘Tres´! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Alá es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él! Tener un hijo... Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra... ¡Alá basta como protector!”.
(Sura 17:111) “di: ¡Alabado sea Alá, Que no ha adoptado un hijo, ni tiene asociado en el dominio, ni amigo frente a la humillación! ¡Y ensalza Su grandeza!”

El apóstol Juan explicó bien claro que es imposible adorar al Padre y negar al Hijo al mismo tiempo. (1 Juan 2:23) “Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”. De acuerdo con el apóstol Juan, el Dios adorado por los musulmanes NO es el Padre. El Islam niega que Jesús es el Hijo de Dios y que Dios es un Padre, por lo tanto niega al “Padre y al Hijo”. De modo que el Islam es una religión anti-Cristo. No puede ser una religión bíblica y una religión anti-Cristo al mismo tiempo. Los atributos de Allah son radicalmente diferentes del Dios de la Biblia. Por ejemplo: Allah no se encarnó, no tomó un cuerpo de carne y hueso para lograr la salvación del hombre. Solo porque alguien crea en un solo dios, eso no implica que cree en el verdadero Dios. Muhammad proclamó que Allah es el verdadero Dios.

El hecho evidente es que los musulmanes han perseguido incansablemente a los cristianos como “infieles”. Los musulmanes en realidad saben que Allah NO es el mismo Dios que los cristianos adoramos. De lo contrario nunca nos mirarían como infieles. Los musulmanes saben esto y por eso nos persiguen. Algunos musulmanes dicen, que Allah es el mismo Dios de los cristianos, y lo hacen de una forma evangélica engañosa para convencer y convertir el cristiano ignorante o simplemente a la persona que no conoce el Islam. Y esto lo hacen sabiendo que están engañando. Porque su dios o Allah permite el engaño o la mentira.

¿Qué dios es este Allah que permite el engaño, la mentira? El Corán lo describe como el dios de la intriga, le llama el mejor de los intrigares (Sura 8:30) “Y cuando los infieles intrigaban contra ti para capturarte, matarte o expulsarte. Intrigaban ellos e intrigaba Alá, pero Alá es el Mejor de los que intrigan”. (Sura 13:42) “Sus antecesores intrigaron, pero el éxito de toda intriga depende de Alá. Sabe lo que cada uno merece y los infieles verán para quién es la Morada Postrera”.

¿Qué dios es este Allah que ordena a sus seguidores ser enemigos de las otras religiones? Combatir contra ellos hasta la conversión y si no lo hacen se les condena a la esclavitud o a la muerte. Allah ordina a Muhammad y sus seguidores en (Sura 8:60) “¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alá conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alá os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente”. En la Sunna (Ley islámica), Sahih Al Bujari, Bab Al- Iman, Hadiz o dicho N. 25, habla del Yihad: “Muhammad dijo: Allah me ordenó luchar contra todos aquellos que no manifiesten la declaración de la Fe musulmana, No hay más dioses que Allah, y Muhammad su mensajero, deben rezar, dar limosna y ayunar en el mes de Ramadán. Si hacen todo eso serán salvados, si no lo hacen, tienen la muerte segura”.

De una forma diferente Jesús nunca ha recurrido a la violencia ni siquiera en lo que comúnmente entendemos como legítima defensa. Jesús no era un suicida pero, cuando le obligaron a tener que elegir entre morir o matar, optó por morir. Y no sólo eso: Jesús nunca iba armado, tampoco sus discípulos. Cuando intentaron Sus discípulos a recurrir a las armas Jesús se las quitó de las manos (Lucas 22:47- 53)“Mientras él todavía hablaba, ¡mira!, una muchedumbre, y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y se acercó a Jesús para besarlo. Pero Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre? Cuando los que estaban en derredor de él vieron lo que iba a acontecer, dijeron: Señor ¿herimos con la espada? Uno de ellos sí hirió al esclavo del sumo sacerdote y le quitó la oreja derecha. Pero, respondiendo, Jesús dijo: Hasta esto dejen que llegue. Y tocó la oreja y lo sanó. Entonces Jesús dijo a los sacerdotes principales y a los capitanes del templo y a los ancianos que habían venido allí por él: ¿Salieron con espadas y garrotes como contra un salteador? Mientras estaba con ustedes día tras día en el templo no extendieron las manos contra mí. Pero esta es su hora y la autoridad de la oscuridad”. Jesús murió por todos nosotros, por toda la humanidad, incluso los musulmanes. Después de su resurrección Jesús envió a los suyos por el mundo sin armas ni ejércitos, aún sabiendo que iban a sufrir mucho por presentarse en debilidad (de hecho el martirio es una moneda corriente en la vida de los cristianos).

Podríamos seguir indefinidamente citando palabras y hechos en los que Jesús muestra en qué consiste ese Reino de los Cielos del que habla pero, para simplificar, resumámoslo en unas palabras que no por conocidas deja de ser urgente oírlas cada día (Lucas 6:27-38) “Pero os digo a los que me escucháis: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os difaman. A quien te golpee en una mejilla preséntale también la otra; a quien te quite el manto no le niegues la túnica. A quien te pida, da, y a quien te quite lo tuyo no se lo reclames. Y lo que queráis que los demás os hagan a vosotros, hacédselo vosotros igualmente. Porque si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que les aman. Y si hacéis el bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen otro tanto. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis recibir a cambio, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir otro tanto. Vosotros: amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio: vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno también con los ingratos y los perversos”.

Jesús vivió así y pide a los suyos hacer lo mismo.

Los islamistas no creen en el progreso, solo creen en el mensaje de Allah, para ellos es perfecto y no hay nada que lo pueda complementar. Por tanto proponen la vuelta al comienzo, a los orígenes del Islam del siglo VII que se expande por todo el mundo. El islamismo tiene además unas técnicas de predicaciones muy ensayadas y muy convincentes. Volver al pasado, unificar las cuatro escuelas jurídicas en una sola; crear una sola comunidad de fieles en todo el Planeta, uniendo por encima de los estados a los mil doscientos millones de musulmanes de todo el Planeta; una Umma sin fisuras. 

Esta es la verdad sobre Allah el dios de los musulmanes, y eso lo que hay que conocer.

Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí


Raad Salam Naaman es de origen iraquí, nacido en Nínive (Irak), de mayoría musulmana (Sunnies). Criado y educado en Basora, de mayoría Ši`ies, en el seno de una familia católica (caldea), vivió muy de cerca -haciendo el servicio militar- el desarrollo de las guerras de Irán-Irak y la primera del Golfo. Víctima de numerosas persecuciones y detenciones debido a sus ideas pacifistas ante ambos conflictos y contra el radicalismo islámico, es uno de los pocos afortunados que ha logrado salvarse, escapando y buscando una nueva vida en España, país en el que obtiene asilo político y la nacionalidad española.
Es licenciado en Filología Árabe y Estudios Islámicos y también en Ciencias Económicas. Tiene un diploma de estudios avanzados en Ciencias de las Religiones y un doctorado en Filología Árabe y Estudios Islámicos.
Apasionado por el estudio de las tres religiones monoteístas, se viene dedicando en sus publicaciones, conferencias y otros trabajos a su análisis crítico. Es autor de varias publicaciones tanto en su país natal (Irak) como en su país actual (España), entre las que destacan: ¿Qué es el islam? y ¡Wa islamah! Todo sobre el islam.
“Con todo lo que he vivido y visto en mi país natal, sufro mucho cuando pienso en el pasado. Con el aumento del radicalismo y el fanatismo islámico en la actualidad, tengo miedo cuando pienso en el futuro...”.

Raad Salam Naaman, raad_salam@yahoo.es, es autor, editor y responsable del Blog Desvelando el Islam, alojado en el espacio web de www.religionenlibertad.com