Hombres necios

Hombres necios que acusáis
al buen Dios sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis*...

Primero vos lo negáis
y pretendéis que no existe,
al caminar con despiste
ignorando que pecáis.

Vais por la vida insultando
al que camina en virtud
pues no soportais la luz
que los vaya descubriendo.

Preferís vivir la ignorancia
y jamás buscáis verdad,
aunque perdáis la heredad
que es verdadera ganancia.

O si aceptáis su existencia,
le echáis en cara la mugre
que permitís, y que cubre
aunque lo niegues, tu conciencia.

Que culpa tendrá el Señor
de las guerras que tú haces,
y las conductas procaces
que vendes cual un valor.

Cómo será El responsable
del hambre que duele fiero
mientras cuentas tu dinero
con conducta descartable.

¿Y Dios no podría decir
si con vos El coincidiera:
"No creo que el hombre existiera
y esas cosas permitir"?

Hombres necios que expulsáis
al buen Dios con mil razones:
andáis a los tropezones
por aquello que ignoráis...

Que Dios vino y se hizo cargo
de pecado y consecuencia,
para evitar la dolencia
de un infierno tan amargo.

Líbreme Dios de ser tal
y que en alguna ocasión
le eche en cara el resbalón
de haber yo elegido mal.

La necedad es de cuidado.
Como tener guía ciego.
Te lleva como borrego
por el camino cambiado.

Si negáis el don paterno
mientras camináis el suelo,
no tendréis casa en el cielo
donde el gozo es sempiterno.

Claudio Durán
18/3/16

* La primera estrofa es una paráfrasis del famoso poema de Sor Juana Inés de la Cruz en defensa de las mujeres. Pero a diferencia de aquel, en este, la palabra "hombre" se refiere a todo ser humano y no sólo al varón.