Sobre los obstáculos acerca de la Corredención, frente a lo cual propongo la “Prorredención Mariana”


Atendiendo a que el termino 'Corredención' ha sufrido ataques y un enfriamiento en la teología moderna, pues hasta 1985 incluso San Juan Pablo II lo usaba refiriéndose al papel único de la Virgen María en la historia de la redención humana, yo estoy pensando y trabajando sobre un nuevo término que podría venir a explicar de manera más correcta esta Gracia otorgada a la Virgen. Se trata a mi entender de un neologismo, pues no lo he encontrado en ningún lado: “Prorredención”. (En latín seria Pro Redemptione, en italiano y aplicado a la Virgen “Proredentrice”, en inglés sería “Proredemptive”).

La partícula “Pro” se refiere a posibilitar una acción de un tercero con la colaboración del primero. Ejemplo, los humanos somos llamados por el Magisterio “Procreadores” debido a nuestra cooperación en la generación de hijos de la especie humana que de esta manera son creados por Dios a través de los esposos. Según este mismo esquema, María sería “Prorredentora” porque por su Fiat posibilita que el Hijo Eterno de Dios pueda encarnarse y llevar a cabo la Obra de la Salvación.

Además, siguiendo la analogía propuesta, María también da a luz a los nuevos hijos redimidos, cuestión ya suficientemente explicada con la “Maternidad Espiritual de todos los cristianos”. Es cierto que todos los cristianos uniendo nuestros dolores a los sufrimientos de Cristo (como dice San Pablo) también ayudamos a nuestra propia salvación y la salvación de los demás, pero siempre subordinados a Cristo, el Único mediador y el Único Salvador. Es decir, todos somos en cierta manera según nuestro grado de cooperación con la Gracia, posibles de ser llamados “prorredentores”. La misma Iglesia en cuanto Madre también lo es. Y siendo María figura de la Iglesia, podemos decir que, en esta subordinación a la redención perfecta obrada por Cristo, el concepto de la “prorredención” se debe aplicar a María de modo eminente y perfecto, en un grado tal que ninguno más de los bautizados podría alcanzarlo, en razón de que fue a Ella a quién el Ángel por pedido de Dios le pidió su aprobación para realizar su Plan. 

En virtud de lo expuesto, podemos decir que María es Prorredentora del género humano junto y en total subordinación a su Hijo Jesucristo, Redentor del Mundo.

Claudio Durán
Prof. de Ciencias Sagradas