La Santidad



Mientras leía un libro de espiritualidad, enconctré una frase que por simple y contundente se me clavó en el corazón:

"En el cielo sólo hay santos."

Una verdad tan clara y manifiesta como el aire que respiramos. Y de tanto respirarlo lo olvidamos y no lo tenemos en cuenta. Pero allí está. Tan verdadero como necesario para la vida.

Cuando el Señor habla de San Juan Bautista, dice que no hay en el mundo hombre más grande que el. Pero aún asi, en el cielo el más pequeño es más grande que el.

No dice Jesús "el menos santo", sino "el más pequeño". Pues todos, desde la Virgen María y San José, hasta el que entró hace unos instantes al cielo después de años o siglos de purificación en el purgatorio, todos tienen en común la santidad.

Me dirás que también hay Ángeles. Sí, pero Ángeles Santos. Los otros no. Allí no hay ni medios santos, ni pocos santos, ni santitos, ni casi buenos. Sólo hay santos.

Es como si en la tierra una empresa dijera:

- Aquí sólo tomamos ingenieros.

Y viniera uno y les dijera:

- Miren, yo soy casi ingeniero, me faltan rendir una o dos materias.

Le constestarán:

- Vaya, ríndalas y vuelva luego y ya veremos.

Y quizá el hombre insistiría:

- Mire que mi padre es un ingeniero encumbrado que trabaja hace años en su Compañía y tiene un cargo superior al suyo.

A lo que el entrevistador le contestaría:

- Su padre es tan ingeniero como yo y aquí sólo entrar a trabajar ingenieros. ¿O porque cree que trabaja aquí su padre? Vuelva luego si lo logra y sino no vuelva.

Por eso el Señor cuenta en su parábola lo furioso que se puso el Rey cuando entró a su boda un invitado con ropas inadecuadas. Nadie entra al Cielo si no va vestido de santo. Y no se trata de ropajes materiales, sino del alma.

¿En que gastamos nuestros días y nuestra vida? Si no lo es en ser santos estamos perdiendo el tiempo. Y nos podrá ir excelente en los negocios del mundo pero estamos perdiendo el único negocio que vale la pena: ganar el Cielo.

Cristino que no es santo es un fracaso. Trabajemos y esforcémonos por triunfar que fracasar es muy fácil. Ancho es el camino que lleva a la perdición y angosto el que lleva a la gloria.

Medítalo conmigo: En el Cielo sólo hay santos.