Soy, desde el vientre de mi madre

Que pena da que muchas chicas (y también muchachos) piensen que un niñito en el vientre de su madre sea comparable a un órgano cualquiera del cuerpo humano, a una planta, a un conjunto de células ... menos que una hormiga de su jardín o que el peluche que atesoran en su cuarto ...


¡Que pena me dan pobres chicas pues sus propias madres han de haberlas considerado de esa manera y eso es lo que les transmitieron! Recemos por ellas, que llevando en su feminidad el poder divino de ser madres se rebajan ante las ideologías del mundo... pobres niñas ... pobres hijitas ... Pobres ellas y pobrecito el fruto de sus vientres, tan ignorado, tan despreciado...
"¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.", dice Dios (Isaias 49,15) ... "Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá." (Salmo 27,10)
Gracias a mis padres por la bondadosa donación de mi vida.