Episcopado Light


La ultima nota del Episcopado, no le dice nada al Senador Kirchnerista Aníbal Fernández: "A mí esto no me atrae, no me genera ninguna situación en particular; no me dice nada".

Que no le atraiga no es raro, porque tampoco le interesa que le atraiga. En su verborragia dice que no ve allí más que "verdades de perogrullo". Habría que recordarle al Senador que con eso no hace más que admitir que lo que dice el Documento son verdades, aunque le parezcan repetidas, si es que conoce la auténtica definición de "verdad de perogrullo". Tras lo cual debería reconocer que algo le dice.

Pero si además insiste en que "no le dice nada" no es todo culpa suya. También hay muchísima culpa de nuestros Obispos, que nunca dicen lo que HAY que decir, con las palabras que el Magisterio ha dicho con anterioridad, sino que usa palabras almibaradas, edulcoradas, lights, con la misma "prudencia" del equilibrista, como para no herir más de lo que estamos o no ofender al carcelero...

Por ejemplo:

¿Porque decir "La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos" y no decir la TODA LA VERDAD?: Que la base de los derechos humanos es la dignidad que cada uno tiene por haber sido el hombre creado a imagen y semejanza de Dios y no porque las Naciones Unidas lo haya decretado y que los atentados contra la dignidad de la vida en la concepción se llama aborto y que el aborto es un asesinato aberrante.

¿Porque decir "La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla" y no decir TODA LA VERDAD?: Que el matrimonio ha sido fundado por DIOS que nos creo VARON Y MUJER, antes de que se "arraigara en nuestro pueblo" como valor y que no es matrimonio ni fundamento de una sociedad que pueda crecer y desarrollarse ninguna otra combinación posible o probable.

¿Porque decir "A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables" y no decir TODA LA VERDAD?: Que los católicos (laicos) ya han vivido en carne propia esa división irreconciliable y que nuestros jóvenes han tenido que soportar el bochorno de los insultos y el desprecio al defender nuestras Catedrales en Posadas, La Plata y Buenos Aires por nombrar las últimas, y encima con el silencio cómplice de los medios de comunicación social, el periodismo general, los representantes del pueblo, el poder judicial y hasta los ministros y Presidenta misma (y de muchos pastores que firman el documento episcopal, podríamos agregar), y todo por defender como única voz el DERECHO FUNDAMENTAL A LA VIDA DE TODO SER HUMANO tal como lo expresa la Constitución vigente que los "demócratas" de turno dicen defender.

Y por último, para no entrar más en detalles, ¿Porque decir "Jesucristo, Señor de la historia" y no ANUNCIAR TODA LA VERDAD? Que la Buena Noticia es que Jesús es el Hijo de Dios, que padecio y murio por nuestros pecados y que resucitó. Y que volverá a venir en Gloria para juzgar todas nuestras acciones, las importantes y las de perogrullo. Y que Jesucristo es el Señor y ante El debe doblarse toda rodilla en el Cielo y en la Tierra y en los abismos. Y que sólo convirtiendo nuestro corazón a Dios y cumpliendo los mandamientos (que son solo 10 y no 4000 artículos como el nuevo Código Civil) y confesando el señorío de Dios sobre todo, no solo la historia, entonces sí seremos una Nacion con "compromiso por la VERDAD", porque sólo Jesús es la Verdad, el Camino y la Vida. Y que todo lo que se haga ignorando a Dios traerá mas división y sufrimiento a todo el pueblo argentino por mas visos de democracia, legitimidad o derecho adquirido que se le quieran dar a las leyes homicidas y perversas.

Señores Obispos, somos la sal del mundo, no la miel del mundo. No solo nosotros, los católicos, tenemos necesidad de la gracia y el perdón de Jesucristo, también los políticos, los jueces, los ministros, la Presidente. Pero hay que decirlo en forma clara y no con tantas vueltas. Por eso ni a Aníbal, ni a Cristina, ni a doña Rosa le dicen nada. Porque a palabras edulcoradas, oídos sordos.